La Mariposa Inquieta
Érase una vez una pequeña mariposa llamada Brittany, era muy inquieta y distinta a las demás. Vivía en un bosque muy grande y tenebroso, sus seres queridos siempre le decían que tuviera mucho cuidado cuando vaya a salir sola a volar pero ella era tan inquieta y curiosa que nunca hacia caso. Llegó el día tan ansiado por la mariposita y de regalo de cumpleaños quería salir de su contexto y experimentar cosas nuevas.
Mariposita le dijo a su mamá: Mami, ya regreso voy a volar.
Mamá: Brithany a dónde vas, sabes perfectamente que el bosque es muy peligroso y me da miedo que te pase algo.
Mariposita: ya regreso mami no tengas miedo, me se cuidar
Brithany no hizo caso alguno y se fue a volar cuando de pronto se da cuenta que ya no está en el bosque y se sentía muy contenta porque por fin pudo cumplir su sueño.
De pronto a lo lejos ve un árbol muy alto, con unas hojas muy hermosas; mientras se acercaba a ese árbol esplendoroso la mariposita sentía el viento fresco y cálido que hacía el maravilloso árbol.
La mariposita se situó en aquel árbol y le preguntó: ¿Cómo te llamas?
El árbol muy contento ya que nadie lo visitaba le respondió: Me llamo Fernando y tú
La mariposita le dice: me llamo Brithany, te puedo hacer una pregunta
El árbol le respondió claro que sí
La mariposita le dice: ¿Por qué tan solo Fernando?
Porque nadie me visita y no tengo con quien conversar, ni amigos, pero hoy es diferente, me siento emocionado, porque eres la primera en hablarme no he tenido amigos, y me emociona que seas mi amiga.
¡He encontrado una amiga! (exclamó Fernando). Pero dime ¿De dónde vienes tú?
La mariposita le contó que era su cumpleaños y que era la primera vez que salía sola muy lejos.
El árbol de aconsejo: No debes alejarte de tu familia
Y en eso apareció un pajarito llamado Juan que había salido desesperadamente a buscarla. La encantadora mariposa se reunió con su familia y su amigo.
Se fueron a dar un paseo por el bosque a escuchar el lindo canto del pajarito.
Su amigo le dijo: ¿sabes volar?
-claro que sí. No solo volamos porque tenemos alas, volamos porque nos preparan para hacer y sobrevivir en la vida y la mariposita vivió feliz por siempre.